We believe in the Word of God and its plan for humanity. We understand that we all were created for a purpose, and that every person, group or organization should discover the Divine purpose for their existence and fulfill it while here on earth.
Our Divine Zoe Purpose is, first, to be fruitful. Thus, we look for ways in which we can be useful and valuable. We focus on our Circle of Influence and not our Circle of Concern. From the Word of God, we learn ways to be consecrated and live holy before Him. We participate in church activities, putting our talents and gifts into practice. We are diligent in our Circle of Influence, whether it is secular or ministerial. We strive to do our best and we achieve sustainable and spectacular results in everything we do.
In our Zoe Vision, we see Seven Principles, Twelve Cultural Characteristics, and Six Core Capabilities that will help us achieve all these things. Being fruitful is not the only thing God has called us to do; He also calls us to multiply our fruitfulness, which means that, as we learn and bear fruit, we also strive to multiply our fruit in the people we reach. The way we multiply ourselves is by the process of discipleship, living the life we teach others to live and developing lifelong relationships. We will then add as many as we reach to the Kingdom of God by baptizing them in the Name of the Father, the Son and the Holy Spirit, and teaching them to obey everything Christ has commanded us.
This will bring a countless multiplication of people whose lives on earth were transformed and whose future state was saved from hell and brought into the wonderful and glorious opportunity of Heaven.
Creemos en la Palabra de Dios y su Plan para la humanidad. Entendemos que todos fuimos creados por un propósito y cada persona, grupo u organización, debe de encontrar ese propósito divino para su existencia, y así, llevarlo a cabo estando aquí en la tierra. Nuestro propósito Divino Zoe es ser fructífero, por ende, buscamos formas y oportunidades en las cuales podamos ser útiles y añadir VALOR a todo nuestro entorno. Nos enfocamos en nuestro círculo de influencia y no en el de preocupación. Aprendemos de la Palabra de Dios formas de vivir en consagración y santificación para Dios. Participamos en actividades eclesiásticas, poniendo nuestros talentos y dones en práctica. Somos diligentes en nuestro círculo de influencia, ya sea en el mundo secular o ministerial. Nos aseguramos de hacer nuestro mejor esfuerzo en lo que realizamos para así obtener resultados sostenibles y espectaculares. En la visión ZOE tenemos, Siete Principios, una Cultura con doce competencias, y Siete Capacidades Básicas, que nos ayudan a realizar todo esto. Ser fructífero no es lo único que Dios nos llamó a hacer, sino que también a multiplicar nuestro fruto. Es decir, a medida que aprendemos y fructificamos, también nos aseguramos de multiplicar nuestro fruto en las personas que alcanzamos. La forma por la cual nos reproducimos es a través del proceso del discipulado, viviendo la vida que enseñamos a otros a vivir, y desarrollando relaciones de por vida. Por ende, añadimos a todo aquel que hemos alcanzado para el Reino de Dios, bautizándolo en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándole a obedecer todo lo que Cristo nos ha mandado.
Esto trae una multiplicación innumerable de personas, las cuales su vida ha sido transformada y su futuro renovado, al ser salvados del infierno para entrar a una bella y gloriosa oportunidad en el Reino de Dios.